La verdad es que, para evocar el impacto en los medios de comunicación en Marruecos de este, tanto para España como para Marruecos, espinoso problema, que es la situación y sobre todo las soluciones que se deben aportar o por lo menos buscar a los menores marroquíes no acompañados en España es necesario admitir la complejidad del problema, de donde la ya casi folklórica reticencia del país emisor.
Complejo porque la demografía deficitaria aquí, exponencial allí, además de que estos inmaduros exiliados voluntarios buscan, no una vida mejor, sino simple y racionalmente sobrevivir y la lista no es exhaustiva, alteran considerablemente el planteamiento objetivo de las coordinadas de la inquietud. Una inquietud relativa en función de la prensa del país y a menudo de la línea editorial o de los intereses en que se enmarca esta prensa.
No obstante, hay en esta problemática nuevos valores añadidos que consisten, entre otros en la voluntad política. Y como se sabe cuando hay voluntad política, siempre hay milagros.
En efecto, desde hace poco tiempo, la vulnerabilidad de la situación de estos menores no acompañados ha comenzado a interesar tanto a la prensa escrita que pese a sus escasos medios se imagina fórmulas o la radio y televisión marroquíes que, de vez en cuando y cuando en vez se ocupan del tema de manera màs o menos objetiva pero también de la nunca justificada hostilidad de algunas Organizaciones No gubernamentales que no cesan de estigmatizar los esfuerzos de los dos países para encontrar soluciones lo que tiene a menudo impactos considerablemente negativos sobre la manera de informar o de relatar en cierta prensa en Marruecos, pero también, y quizás sobre todo en España.
Cierta prensa porque, tanto en España como en Marruecos, muchos órganos de prensa se han ocupado del tema de manera seria, consecuente y conforme a la realidad de lo que ocurre, lejos de intereses políticos de algunos partidos opositores o de voluntad de perturbar el excelente momento de las relaciones bilaterales entre España y Marruecos.
Cierta prensa porque en esto de la inmigración, y muy especialmente la de los menores no acompañados se ha escrito y se ha relatado en la radio y la televisión instrumentalizaciones que no sólo sorprenden sino a menudo perturban.
Y por último cierta prensa porque, en este problema de los menores no acompañados como en el resto de las expedientes litigiosos entre Madrid y Rabat, ha habido y sigue habiendo plumas, voces o simplemente imágenes elaborados conforme a intereses políticos o a posturas partidistas.
Pero las cosas van cambiando. Paulatina pero ineluctablemente y como botón de muestra aún fresco y por ello cabal y fehaciente traigo el acuerdo del pasado día 6 en Rabat con motivo de la visita a Marruecos del Presidente del Gobierno de España, José Luis Zapatero, al frente de una nutrida delegación ministerial para co-presidir con su homólogo marroquí, Dris Jettou los trabajos de la Octava Comisión de Alto Nivel Hispano-marroquí.
El acuerdo en cuestión que tiende a establecer un marco de trabajo común en los dominios de prevención de la inmigración de los menores no acompañados, de su protección y de su retorno voluntario así como en materia de financiación de las medidas de acompañamiento ( es decir protección y repatriación asistida) y de las acciones de desarrollo socio-económico de las regiones de origen de los menores no-acompañados, ha sido amplia y durante días analizado, comentado y yo diría positivamente acogido por la prensa marroquí, todas tendencias confundidas.
O sea: Un reconocimiento de esta prensa al esfuerzo de imaginación, a la voluntad común de encontrar soluciones a los problemas y no problemas a soluciones. Esto en Marruecos y es màs porque los marroquíes y màs exactamente la prensa descubren cada día que el problema de los menores subsaharianos no acompañados comienza a tomar dentro de Marruecos una dimensión realmente alarmante. Algo que, hasta ahora, sigue sin estadísticas, sin precisiones ni suficiente atención, requisito indispensable para interesarse al tema y para comenzar la búsqueda de soluciones.
Aquí en España de manera general el tema de los menores no acompañados ha sido recibido, tratado y comentado de manera parcial, fragmentaria y en todo caso inadecuado por basarse en ideas preconcebidas por la inmensa mayoría de los medios de comunicación, como si las soluciones nunca deben ser noticia.
Y es posible porque como establece la deontología de prensa en Estados Unidos la noticia consiste en que el hombre muerda al perro y no lo contrario.
En efecto, en la prensa tanto en occidente como, desde hace años, también en oriente, los problemas, los errores y los escándalos brillan màs que las soluciones y a menudo constituyen un polo de màs atracción y de màs ingresos.
En cambio por lo menos en Marruecos por razones puramente geopolíticas el informe del Consejo Consultivo de Derechos Humanos presentado en Rabat, el pasado día 12 sobre el flujo de la inmigración que atraviesa Marruecos hacia la otra rivera del estrecho o hacia Canarias y en el que el Consejo deja patente que màs del 95% de los clandestinos subsaharianos entran a Marruecos procedentes de la vecina Argelia así como el incremento de los arrestos de candidatos que pasaron de 3 500 en el 2001 a 12 140 casos en septiembre del 2005, habiéndose, según las autoridades provinciales marroquíes, triplicado el año pasado y en los meses que llevamos del 2007, acaparó la atención de manera desmesurada de la prensa marroquí que, lejos de la objetividad requerida pero muy cerca de los imperativos reinantes en la región, vio en la revelación una buena oportunidad de poner de relieve los problemas que la vecina del este exporta a su pais.
Todo esto para decir que el actual estado de las relaciones en el Magreb, particularmente entre Argelia y Marruecos no proporciona los incentivos objetivos para una cooperación en materia de lucha contra la inmigración clandestina sino todo lo contrario.
Por otra parte, no solo existe una mortal indiferencia hacia los esfuerzos comunes para paliar el flujo, lo que obviamente no proporciona una información fiable sobre el verdadero curso de los acontecimientos, sino y es una constatación personal, hay una clara y enigmática voluntad de acondicionar la noticia a fines puramente políticos o de otra índole. Depende màs de la actitud que se tiene para con el país emisor, de tránsito o de acogida que de una responsabilidad moral o profesional o de, simplemente del derecho de informar. O sea màs comentarios que relatos de la realidad de las cosas.
Por ejemplo, para alguna prensa del país vecino, detrás de cada menor llegado a España està un alto cargo o una destacada personalidad en Marruecos cuando no la máxima autoridad en el Reino.
Extraño instrumento de referencia para cierta prensa española aunque en Marruecos, sin ningún sentimiento culpable ni afàn de buscar circunstancias atenuantes, nos vamos acostumbrando a aquello de Platón : « seguimos la vía que sube ».
En términos reales esto equivaldría a una dialéctica grosera.
Sin embargo personalmente entiendo que difícilmente se puede disociar, por màs que se intente, el fenómeno de los menores, considerado como deuda moral al de la inmigración que a menudo es abordado con un egoísmo que roza la indecencia, repartiendo a diestro y siniestro infundadas acusaciones y disociando visceralmente una responsabilidad compartida.
En lo que concierne específicamente a los menores no acompañados el problema ni es distinto ni es distante. En Granada me encontré con pequeños marroquíes, argelinos y hasta de algunos países de la ex Europa del este en su mayoría transitaron por Marruecos.
Como testimonio de un profesional que trabajó en las dos riveras e incluso en la tercera. Me refiero a México u otro país latinoamericano y a veces en cadenas hispanas de estados Unidos, puedo afirmar sin exageración ni demagogia que en muchos medios de comunicación estadounidenses o latinoamericanos, como Galavisión o Monitor, Infor-Red etc. la información sobre la inmigración en general, en esta parte del mundo y la de los menores en particular ha sido en todo momento y sigue siendo, paradójica e infinitamente màs objetiva, màs profesional y màs correspondiente al verdadero curso de los acontecimientos que la de España o de Marruecos, donde la cobertura mediática del fenómeno obedece, a menudo y en muchos órganos de prensa, a una lógica tendente a exacerbar los deseos y los temores de quienes les interesa que fuera así.
Debo confesar, eso si, que en tanto que periodista y escritor, no puedo, no debo permitirme el lujo de comentar sino simplemente limitarme a relatar lo que he vivido y lo que he podido saber, ver o descubrir. Entre muchas otras cosas porque lo contrario seria ineptitud intelectual.
Creo que soy de los muy pocos periodistas marroquíes que creyeron que valía la pena trasladarse a uno de los centros de acogida de estos menores en España para poder percatarse de la triste o la controvertida realidad. Fue hace un año en Granada donde, después de hablar con los responsables del centro y de pasar todo el día con los pequeños, hablando, preguntando y reflexionando, me di cuenta de lo complejo del problema y de su solución. Me di cuenta de la imperiosa necesidad de una clara voluntad de trascender los estrechos intereses estatales y de desplegar todos los esfuerzos habidos y por haber para explorar las vías y los cauces de una solución a este problema que crece con el tiempo y se complica con la indiferencia o la diferencia calculada e instrumentalizada.
Así lo di a conocer en una serie de reportajes en la televisión marroquí y así fue revelado también por un equipo de la 2M, la segunda cadena de la televisión marroquí que me acompañó en Granada durante el rodaje del citado reportaje.
Debo precisar que la autorización nos había costado el ojo de la cara cuyos pormenores no es necesario revelar porque ni es el lugar ni el momento oportuno.
Luego siguieron muchos otros reportajes, reportes y recopilaciones de lo que se proyectaba o se publicaba en España con toques y retoques para adaptarlo a la necesidad de la realidad marroquí.
De hecho estimo conveniente traer aquí algunas de nuestras constataciones personales que se reflejaron en nuestro posterior trabajo en la Televisión y en la radio así como en los medios de la prensa escrita que se interesaron por el asunto:
A) De nuestras conversaciones informales con los pequeños hemos descubierto la siguiente ecuación: De travesura se ha pasado a sueño y de sueño y aventura que con el tiempo se fue creciendo y adquiriendo la gravedad que tiene hoy en día. O sea: con una increíble gracia se atreven a relatar como viven la extraña armonía con la incertidumbre y el suspense. O sea que todos o casi todos sabían que el sueño les esperaba al otro lado de la noche en una buena cama tras una buena cena y una amable « buenas noches ».
que más de 95% de los niños proceden del medio rural el resto en su mayoría norteños de Tánger o Tetuán querían imitar a los grandes que veían en la TVE.
C) que el 70 hasta el 80% de estos niños provienen del sur de Marruecos. Sabiendo las « afinidades » del norte con España, con su lengua, su cultura y su fútbol fácilmente se pueden imaginar por que se ha tomado tan peligrosa hazaña. Para ellos ver a Ronaldo, Raúl o Ronaldinho no tiene precio y se les dijeron que era tan fácil que. Es decir que ninguno de aquellos menores tenia una fotografía de la humanidad… la verdadera..La que rige y prevalece hasta ahora.
Pero esto ha sido y sigue siendo hoy en día una gota en un océano de indiferencia e instrumentalización, como he dicho, con màs evidencia para unos o menos interés para otros.
Dicho esto habrá que precisar que en Granada y antes de Granada, yo no ignoraba como la inmensa mayoría de los periodistas marroquíes que nuestro país desplegó-desplega enormes esfuerzos, desde el 2004 para controlar sus fronteras y que han permitido a los servicios de seguridad marroquíes desmantelar a unas 1. 150, redes de tráfico de inmigrantes clandestinos y el arresto de miles de personas. Tampoco ignoraba que el despliegue de màs de 12 000 hombres para vigilar las costas costó-cuesta a Marruecos 100 millones de euros por año cuando la promesa de ayuda de 70 millones de euros de la Unión Europea sigue siendo lo que era: simple promesa sin día siguiente.
Desde hace tiempo en algunos medios de comunicación de Marruecos en respuesta a infundadas y a menudo mal intencionadas cuando no teledirigidas acusaciones de indiferencia marroquí para con este flagelo se recuerda que, propios y extraños, màs los últimos que los segundos, reconocen que la presión sobre España ha bajado netamente y los itinerarios de los clandestinos se han desplazado, de sopetón, hacia los países del sur. Hoy las mafias del tráfico de los seres humanos y de las pateras, auténticos ataúdes flotantes en el estrecho de Gibraltar o entre las costas del Sahara marroquí y el archipiélago canario parecen haber optado por otros cielos, debido, esencialmente a la tenaz aunque exorbitantemente costosa lucha de las autoridades marroquíes contra la inmigración clandestina.
Evidentemente todo el mundo sabe que entre el dicho y el hecho hay mucho…. Estrecho de Gibraltar.
Lo digo porque habrán constatado que el decrecimiento del flujo migratorio clandestino comenzó desde el 2004 y todos Ustedes saben por qué no antes.
O sea: voluntad política : cuántos errores de lesa majestad se cometen en tu nombre.
En cuanto a la prensa, entiendo que el déficit de conocimiento y en muchas ocasiones de desconfianza mutuos cuando no de parquedad contribuye enorme y eficazmente a la agravación del fenómeno de los menores no acompañados a pesar de que unos y otros han comprendido que para poner fin a la tragedia de estos menores se debe hacer todo…todo menos creer ingenuamente que la opción securitaria es la solución.
Y es que creer lo contrario seria, peor que un crimen, un error. Lo digo por experiencia y lo repito porque hasta hace poco la opción de una solución al respecto parecía mucho a aquél inmoral lema que decía: « Acabemos con la pobreza, matemos a los pobres ».
No. Para acabar con el drama de los menores no acompañados es necesaria una reflexión serena, plural y de ser posible sincera y transparente.

